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La magia de la escucha activa

  • Valeria Cardenas
  • 27 sept
  • 2 Min. de lectura

Un buen comunicador no se mide por lo mucho que habla, sino por su capacidad de escuchar. Antes de poder negociar límites, llegar a acuerdos o resolver conflictos, necesitamos aprender a escuchar de verdad. ¿Por qué? Porque solo así podemos:


  • Comprender los motivos y necesidades de la otra persona.

  • Conocer su “mapa mental”, es decir, la forma en que interpreta la realidad.

  • Construir argumentos que se basen en esa información, de manera que resulten más cercanos y comprensibles para el otro.

  • Generar una disposición emocional y cognitiva que facilite el entendimiento mutuo.


Escucha Activa mejora nuestra comunicación y la forma en que nos vinculamos
Escucha Activa mejora nuestra comunicación y la forma en que nos vinculamos

Cuando alguien siente que lo escuchamos con la intención real de comprenderlo (y no de contraatacar), su sistema emocional se calma. La confianza aparece, y con ella una apertura mental que permite llegar a acuerdos y soluciones.


Lo contrario también es cierto: si la otra persona percibe que solo queremos imponer nuestra visión, se activa la defensa y hasta el ataque. En ese punto la conversación deja de buscar consensos; lo único que importa es “tener la razón”. Y cuando el ego toma el control, cualquier posibilidad de negociación se bloquea.


La escucha activa como camino a la flexibilidad


Escuchar no solo es útil para negociar límites: también entrena nuestra flexibilidad cognitiva. Una mente flexible es capaz de razonar de manera creativa, encontrar soluciones rápidas y ver alternativas donde otros solo ven problemas.


Las personas con esta habilidad afrontan los imprevistos de la vida sin amargarse ni dejar que un contratiempo arruine su día. Y la mejor forma de cultivar esa flexibilidad es justamente practicando la escucha activa, especialmente frente a quienes piensan distinto a nosotros.


Una estrategia simple para empezar

La próxima vez que tengas una conversación importante, prueba esto:

  1. Mientras una persona habla, la otra escucha en silencio, sin interrumpir.

  2. Cuando termine, guarda un par de segundos de pausa y respira.

  3. Solo después, responde para que ahora el otro pueda escucharte activamente.


Parece sencillo, pero este pequeño hábito puede transformar la calidad de tus relaciones y abrirte la puerta a conversaciones más sanas, profundas y constructivas.


Estaré haciendo videos y contenido de este y otros temas en mi canal de instagram y tik tok.

Nos vemos y gracias por estar :)


Con amor

Vale

 
 
 

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Creado por Valeria Cardenas O.

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